miércoles, 30 de abril de 2008

Meditaciones

¿Puedo evitar preguntarme sobre lo que es la realidad? ¿Puedo evitar preguntarme quién soy yo? ¿Sobre cuál es mi misión, mi destino?

Siempre pareciera que puedo reducir todo (la realidad) a mí mismo y a lo que me rodea. No quiero referirme a Dios como parte de ese todo, no aun. Aunque… me extraña que tengo el impulso de incluirlo en ese todo. Tal vez sean los siglos de cristianismo y la influencia de mi educación religiosa.

Pero… el mundo, ya de por sí, y mi propio interior y además de eso todo lo que puedo pensar… ¿no son por sí solos demasiado inmensos como para que además incluya a Dios? Porque yo descubro en mí, en la realidad y en lo que puedo pensar, una especie de algo, un quid, un carácter que tiene, que me pasma y asombra, un algo que no comprendo del todo pero que siento que está ahí. Lo percibo. Incluso puedo pensar ese quid, saber que existe y como sé que existe puedo pensarlo, pero no puedo comprenderlo. Y está ahí ese quid inexplicable, porque de otro modo, yo podría explicar todo. Podría explicar la realidad completamente. Y no puedo. Ese algo está ahí, existe, definitivamente, porque si no, no me haría preguntas respecto de él. Al intentar explicar todo acabadamente, me topo con ese quid.

Ese algo, ese quid, ese carácter que tiene lo real que me pasma y me asombra y no puedo comprender, podría llamarlo misterio. Lo real entonces se alza sobre mí por un lado comprensiblemente (hay cosas que puedo entender y puedo explicar como ¿qué es la lluvia?) y por el otro con un misterio (cosas que no puedo explicar cabalmente como ¿qué es la maldad?).

Recapitulando: si lo real tiene ese misterio, ese quid inmenso que no comprendo totalmente, entonces yo, al ser real, tendría que tenerlo también respecto de mí propio entendimiento. Porque ¿puedo decir que me comprendo a mí mismo? Sí, vivo conmigo mismo, veo que existo, siento que existo, pienso que existo, pero ¿puedo explicar por qué? ¿Entiendo por qué?

La pregunta de qué, qué son las cosas, que es lo real y que soy yo, me llevó a la pregunta del por qué.

Finalmente llegué a la pregunta del por qué. El qué me lleva al por qué, y el por qué ¿me lleva al para qué? Esto tendría que pensarlo, pero no ahora, tal vez más tarde.

Respondo al qué. ¿Qué es lo que existe? Yo. El mundo. Yo estoy en el mundo. Formo parte de él y el mundo a su vez me moldea, tiene efectos en mí, me hace reaccionar, pensar, sentir. Pero yo también formo al mundo, lo cambio, lo moldeo con mi pensamiento o con mis actos. ¿Cómo lo conozco a lo real? No quiero entrar en este tema aun. Es demasiado largo y complejo y aun no pensé lo suficiente respecto de ello.

¿Por qué existe lo real? El porqué es la razón, el motivo. Cuando me pregunto por eso, no puedo responderlo. No puedo decir qué sé el por qué, pero puedo decir que creo que es por éste o tal cual motivo.

¿Están de acuerdo?