miércoles, 22 de julio de 2009

Grandeza

¿Qué es la grandeza? Hoy almorcé con una amiga, y terminé preguntándomelo. Este tema no surgió por el gramaje de las porciones gastronómicas, no; muy por el contrario, a pesar de estar rodeadas de sendos manjares de hojas verdes y hortalizas livianas, la pregunta por la grandeza surgió a raíz de un cuestionamiento de tipo espiritual.

Entonces, más específicamente ahora, ¿qué es la grandeza del espíritu? Divagamos alegremente sobre temas de índole espiritual pero no directamente sobre la esencia de la grandeza, sin llegar a ninguna conclusión de nota, y terminó el almuerzo, como siempre, a los apurones, robándole frases al reloj que indicaba, perentorio, el tiempo de regresar a nuestros escritorios asalariados.

Pero yo me quedé pensando. Fuertemente, como suelo hacerlo cada vez que me enfrento a una pregunta descomunal. Y mi conclusión es que la grandeza es un fuego sagrado que te consume de pies a cabeza. Viene de Dios, o de una comunión con fuerzas místicas de algún tipo, pero no es propia del ser humano. El ser humano, más bien, se la apropia al llevarla a cabo, al darle existencia por medio de sus actos.

En realidad, hablábamos de la escritura -también, y simultáneamente, porque estábamos preguntándonos sobre la relación entre grandeza y escritura. Ella me dio algo que escribió para que yo lo lea, y empezamos a hablar de la escritura como forma de expresión del yo, algo íntimamente personal.

Por supuesto, pareció el "escribo para mí, no para los otros", y también su adversario, "la literatura, para ser tal, necesita al lector". No se logró la comunión entre ambos postulados, pero sí la concordia. A raíz de estos dos tópicos antagónicos, fue que surgió la pregunta por el talento, y a su vez ésta fue la que me llevó a la pregunta por la esencia de la grandeza, la cual ya he definido como un fuego sagrado, metafóricamente, claro.

Es que, a pesar de mis ropajes analíticos, sigo siendo una mística y es lo que seré siembre, por eso se me dan mejor las metáforas. La numerología de mi nombre me lo corrobora: es el número del místico, el 7.

Hay mucho para decir y poco tiempo, lamentablemente. Pero para ilustrar mi idea un poquito mejor, quiero decir esto: la grandeza es un fuego sagrado, que quema la pacatería, los prejuicios, el miedo, la envidia, la avaricia, la tozudez, y tantas otras características negativas (o faltas). Es un fuego, porque arrasa con todo eso si uno lo deja libre, y es sagrado, porque viene desde lo alto, desde Dios mismo, o su equivalente (digo "equivalente" en atención a los que no creen en Dios, quienes, a pesar de sí mismos, siempre creen en algo/alguien).

Y en cuanto a las discusiones periféricas que aquí se esbozan sobre la literatura y el escritor, sólo puedo prometer que algún día, tal vez, las retome.

jueves, 16 de julio de 2009

Capusotto tiene razón

Ayer en el noticiero de telefe, luego de una nota sobre ladrones, carteristas y etc, el presentador le preguntó al "especialista" invitado (que probablemente sería otro periodista como él, que investigó el tema) si había "un patrón físico" para que "la gente" identifique a los punguistas en la calle.

No sólo lo preguntó, sino que insistió en la pregunta, porque el otro no le había respondido lo que quería oír.

Es un espanto que ese tipo de personas sea la cara visible de un noticiero, pero por otra parte, nos da la pauta del pensamiento de un sector de la clase media. Fachos, ellos. Así que Capusotto no estaba tan equivocado con su Micky Vainilla.

martes, 7 de julio de 2009

Requiem para Michael Jackson

Obviamente, yo no conocí a Michael Jackson. Sólo conocí su obra, sólo tengo todos sus discos... (sí, incluso los que no tiene nadie, como Music and Me, Got to be there, o Blood on the dance floor) pero, aunque tengo todos sus discos, eso no me convierte en una experta, ni tampoco me otorga un acceso directo a su alma. Y menos aun, eso no me da derecho a opinar sobre su vida o a juzgarlo.



Siempre me dio mucha lástima, sin embargo. Una pena profunda, de esas que te moverían a ayudar si pudieras. Pero creo que ése no es el modo de homenajearlo. Simplemente, creo que un artista (y eso fue él, a pesar de cualquier cosa que haya hecho, incluyendo lo que le hizo a su propio cuerpo) merece que admiremos su obra.

viernes, 3 de julio de 2009

Italia... ¿y ahora, después de esto, qué sigue?

Leyendo el diario, me topo con la triste noticia de que en Italia, el Senado (imagino que es el parlamento en conjunto, al cual le dicen Senado tal vez por cuestiones de cercanía fonética con la terminología italiana) ha aprobado una ley xenofóbica. Por suerte, las proporciones de los votos fueron 157 votos a favor, 124 en contra y tres abstenciones. Es decir que distó mucho de ser unánime.

Lo que me parece poco serio es que en este caso, el titular haya sido, únicamente, "Italia endurece su ley inmigratoria", en vez de decir "Recrudecimiento de la xenofobia en Italia", ya que entre otras cosas, según explica el artículo, se multará a los extranjeros que estén radicados ilegalmente, no se les permitirá utilizar los servicios de salud, ni inscribir en los colegios a sus hijos sin presentación de permisos de residencia, ni inscribir sus nacimientos, y adicionalmente, habrá "patrullas de ciudadanos" para detectar crímenes en las calles, aunque no estarán vestidos con uniformes de ningún tipo ni podrán portar armas.

Todo tipo de adjetivos me vienen a la mente, pero empecemos tal vez por éstos: ruin, mezquino, genocida, xenófobo, canalla, egoísta, criminal... ¿Necesito seguir?

Ahora bien: me siento obligada a hacer una aclaración, respecto del modo de comunicar las noticias. Creo que el postulado de la imparcialidad es irreal, puesto que la imparcialidad no pasa porque un mismo periodista comunique hechos y únicamente hechos sino que tiene que estar focalizada a garantizar la pluralidad de opiniones en el mismo medio. En diarios de otros países, todas las notas poseen un aplicativo para que los lectores dejen mensajes, y existen notas en las cuales centenares de comentarios logran dicha imparcialidad. Eso, en cuanto a lo que se puede generar con una misma nota. Por otra parte, lo que más me molesta son las tendencias que vienen desde arriba del medio gráfico o televisivo, que directamente cercena de antemano a los periodistas que habrán de comunicar las noticias, según su orientación ideológica. Me molesta, señores y señoras, que existan diarios de derecha recalcitrante o noticieros en los que sólo se ventilan opiniones favorables a ciertos grupos de poder en detrimento de la gran mayoría.

¿Cómo se aplica esto al artículo de la referencia? Así: no estaba la posibilidad de dejar un comentario, y tampoco se condenaba categóricamente esta normativa que es totalmente contraria a la equidad y a la justicia, y que incluso infringe derechos fundamentales, ¡de niños! Y esto ni siquiera se sugiere. No se aclara que los más indefensos serán los que no tengan acceso a educación, al sistema de salud. Eso, y colgar una pancarta que diga "Para nosotros es mejor que te mueras" es lo mismo.

Y también, me asquea profundamente que cuando conviene, se hable de democracia como sinónimo de derechos humanos, y que cuando ocurren estos episodios vergonzosos, nadie levanta la voz para denunciar a la democracia como productora de mediocridad y egoísmo. O tal vez, nadie logra hacer uso de los canales de comunicación masiva para discutir este tabú, porque es un lugar común (topoi) -que no admite cuestionamiento- en toda discusión que la democracia es sacrosanta y es el único modo de gobierno bueno.

Por último, existen oportunidades en las que no decir nada y no hacer nada para ayudar, implican responsabilidad. Implican autoría. No denunciar esa ley como una injusticia, no decir con todas las letras que es una ley genocida, producto de la intolerancia y de la xenofobia, es ser cómplice de esos canallas y es ser autor del peor de los crímenes: el de la indiferencia. Cuando mirás a otro lado, creás las condiciones para que otro se abuse. Nadie podría abusar de otro ni hambrearlo si vos mantuvieras los ojos donde los tenés que mantener. Espero que los italianos organicen pronto una marcha de repudio a esa vergüenza de ley, porque si no habrán dado un paso adelante hacia el infierno.

(Y para que puedan leer la nota por ustedes mismos: http://www.clarin.com/diario/2009/07/03/elmundo/i-01951516.htm )

jueves, 2 de julio de 2009

Los últimos orejones del tarro

Claro, si yo desculo el régimen de las tarjetas de crédito en USA, luego vendrá Mrs Sunshine, y dirá lo que yo estudié durante días como si ella lo hubiera entendido en apenas minutos. Tal vez y muy probablemente, llevándose los laureles como suele suceder en esta vida. Qué injusto que existan las Mrs Sunshine de este mundo, cuando estaríamos mucho mejor sin ellas.

Oootro tema: ¿vieron cómo andan las cosas, con esto de la H1N1? Ahora, los empleadores van a tener que pagar el presentismo aunque la gente falte, y 15 días para las embarazadas y para otros bonchas "de riesgo". Mmmm... y mientras, MSN noticias dice que los argentinos pasamos de un día al otro a la histeria por la gripe A, mientras el domingo de las elecciones y antes sólo se hablaba de que Cristina quería evitar la derrota en las urnas. Lo cual es cierto. De buenas a primeras, de golpe y porrazo, "de wan", pasamos de los análisis políticos a los expertos médicos en los noticieros y en los diarios, y eso demuestra que somos y seremos poco serios o, como dice el inmortal tango de Discépolo "vivimos revolcados en un merengue y en el mismo lodo todos manoseados". ¿Puede ser que convivan la biblia y el calefón? Oh sí... Oh yeah, baby.

Lo único que me queda claro es que si MSN noticias puede tener un momento de lucidez y los argentinos no, estamos en el horno.