Leyendo el diario, me topo con la triste noticia de que en Italia, el Senado (imagino que es el parlamento en conjunto, al cual le dicen Senado tal vez por cuestiones de cercanía fonética con la terminología italiana) ha aprobado una ley xenofóbica. Por suerte, las proporciones de los votos fueron 157 votos a favor, 124 en contra y tres abstenciones. Es decir que distó mucho de ser unánime.
Lo que me parece poco serio es que en este caso, el titular haya sido, únicamente, "Italia endurece su ley inmigratoria", en vez de decir "Recrudecimiento de la xenofobia en Italia", ya que entre otras cosas, según explica el artículo, se multará a los extranjeros que estén radicados ilegalmente, no se les permitirá utilizar los servicios de salud, ni inscribir en los colegios a sus hijos sin presentación de permisos de residencia, ni inscribir sus nacimientos, y adicionalmente, habrá "patrullas de ciudadanos" para detectar crímenes en las calles, aunque no estarán vestidos con uniformes de ningún tipo ni podrán portar armas.
Todo tipo de adjetivos me vienen a la mente, pero empecemos tal vez por éstos: ruin, mezquino, genocida, xenófobo, canalla, egoísta, criminal... ¿Necesito seguir?
Ahora bien: me siento obligada a hacer una aclaración, respecto del modo de comunicar las noticias. Creo que el postulado de la imparcialidad es irreal, puesto que la imparcialidad no pasa porque un mismo periodista comunique hechos y únicamente hechos sino que tiene que estar focalizada a garantizar la pluralidad de opiniones en el mismo medio. En diarios de otros países, todas las notas poseen un aplicativo para que los lectores dejen mensajes, y existen notas en las cuales centenares de comentarios logran dicha imparcialidad. Eso, en cuanto a lo que se puede generar con una misma nota. Por otra parte, lo que más me molesta son las tendencias que vienen desde arriba del medio gráfico o televisivo, que directamente cercena de antemano a los periodistas que habrán de comunicar las noticias, según su orientación ideológica. Me molesta, señores y señoras, que existan diarios de derecha recalcitrante o noticieros en los que sólo se ventilan opiniones favorables a ciertos grupos de poder en detrimento de la gran mayoría.
¿Cómo se aplica esto al artículo de la referencia? Así: no estaba la posibilidad de dejar un comentario, y tampoco se condenaba categóricamente esta normativa que es totalmente contraria a la equidad y a la justicia, y que incluso infringe derechos fundamentales, ¡de niños! Y esto ni siquiera se sugiere. No se aclara que los más indefensos serán los que no tengan acceso a educación, al sistema de salud. Eso, y colgar una pancarta que diga "Para nosotros es mejor que te mueras" es lo mismo.
Y también, me asquea profundamente que cuando conviene, se hable de democracia como sinónimo de derechos humanos, y que cuando ocurren estos episodios vergonzosos, nadie levanta la voz para denunciar a la democracia como productora de mediocridad y egoísmo. O tal vez, nadie logra hacer uso de los canales de comunicación masiva para discutir este tabú, porque es un lugar común (topoi) -que no admite cuestionamiento- en toda discusión que la democracia es sacrosanta y es el único modo de gobierno bueno.
Por último, existen oportunidades en las que no decir nada y no hacer nada para ayudar, implican responsabilidad. Implican autoría. No denunciar esa ley como una injusticia, no decir con todas las letras que es una ley genocida, producto de la intolerancia y de la xenofobia, es ser cómplice de esos canallas y es ser autor del peor de los crímenes: el de la indiferencia. Cuando mirás a otro lado, creás las condiciones para que otro se abuse. Nadie podría abusar de otro ni hambrearlo si vos mantuvieras los ojos donde los tenés que mantener. Espero que los italianos organicen pronto una marcha de repudio a esa vergüenza de ley, porque si no habrán dado un paso adelante hacia el infierno.
(Y para que puedan leer la nota por ustedes mismos: http://www.clarin.com/diario/2009/07/03/elmundo/i-01951516.htm )
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