jueves, 10 de julio de 2008

Obituario

Ella camina por la noche eterna,
y los sabuesos del invierno la siguen.

Es fácil recordar mi amor por ella.

Los sabuesos del invierno
se están acercando.
Y es difícil saber
si no soy uno más entre todos ellos.

Ella baila sola en el círculo,
y de repente, tras sus pasos,
la tierra seca cede el paso
al verdor explosivo.

La sostengo entre los aires,
arriba de la distancia,
y veo el cañón que la señala.

Ella se desgarra.

Los sabuesos del invierno
se deleitan sobre su carne.

Y una lágrima de barro
se adhiere a mis zapatos
mientras me alejo,

muerto en vida,
roto, sucio,

avergonzado,

de sus despojos tristes.

No hay comentarios: