Acá viene la confesión. Soy friki. Y me gusta serlo, claro. Paso a enumerar las pruebas.
1) Desde pequeña, muy pequeña, mi juguete favorito era el Hombre Araña articulado. Ése y el Bebé Mollo, que era un bebé de trapo con carita de plástico y un chupete inamovible. Supongo que el Bebé Mollo (nombre genial, si los hubo) fue una concesión a mi incipiente espíritu de madre, porque también lo amaba. Pero una de mis mejores fotos infantiles es con Spidey conmigo muy cerca de mi corazón.
2) Mi amor imposible era el Príncipe Felipe. Recuerden que este hombre de acetato animado llevaba armadura y la Espada de la Verdad, y mató a un dragón (bah, a Maléfica, pero estaba transformada en dragón). Ya desde mi más tierna infancia, me gustaban los hombres viriles que saben decapitar monstruos.
3) Cuando las nenas leían revistas de la Pequeña Lulú, yo leía las de Superman y Batman, y la Liga de la Justicia. Y también leía Nippur de Lagash, cómo me gustaba...
4) Me casé con un friki. Competimos todos los días por alcanzar nuevos límites de frikiadas...
5) Leí "El hobbit", y "El Señor de los Anillos" a los 10 años, sí. Y qué miedo me daba irme a dormir con esos Nazgul a caballo persiguiéndolo a Frodo y a los otros hobbits.
6) Siempre que me dicen: boluda, tenés que ver... se completa la frase con un animé, o una película o serie de zombies, o una de elfos y enanos, o una de ciencia ficción.
7) Juego rol. Sí, tengo 33 años y me sigue divirtiendo juntarme con amigos y limarla con que soy un superhéroe mutante, o una guerrera vikinga, o una hechicera, o una samurai... y me gusta tirar los dados, y cuando logro algo monumentalmente imposible en la ficción, me pongo contenta como una nena, como ésa que amaba a su Spiderman articulado...
Así que mi propósito para este 2013 es contagiar la alegría y extender la frikiada entre los hombres y las mujeres de buena voluntad.
domingo, 30 de diciembre de 2012
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Intitulado IV
Dónde van a llevarme
mis pies descalzos?
No tengo más que el amor
en el que vivo y respiro,
no quiero más que eso.
Sólo me comprendo
en esos ojos que me atraen,
en esas manos que me buscan,
en esas risas explosivas,
en esas pieles suaves,
y esas voces que me llaman,
y esos cuerpos pequeños
a quienes vi nacer.
Y sólo me olvido de mí
y mis egoísmos
en ellos y en vos.
Sólo me encuentro
en ese rostro tuyo, amor,
en tu mirada
que me ve como soy
y me ama, y me acepta.
mis pies descalzos?
No tengo más que el amor
en el que vivo y respiro,
no quiero más que eso.
Sólo me comprendo
en esos ojos que me atraen,
en esas manos que me buscan,
en esas risas explosivas,
en esas pieles suaves,
y esas voces que me llaman,
y esos cuerpos pequeños
a quienes vi nacer.
Y sólo me olvido de mí
y mis egoísmos
en ellos y en vos.
Sólo me encuentro
en ese rostro tuyo, amor,
en tu mirada
que me ve como soy
y me ama, y me acepta.
viernes, 14 de diciembre de 2012
jueves, 13 de diciembre de 2012
La imaginación, al poder.
El ejercicio mental de la imaginación puede suplir las ansias violentas de destrucción y muerte.
Así, con mi imaginación al poder, a los tres jueces del juicio de los crímenes cometidos contra Marita Verón, los visualizo de este modo: pasando una noche entera de retorcijones y diarrea hemorroidal. Desarrollando una conciencia, para que se sientan cada vez peor con lo que han hecho, y no puedan mirarse al espejo tranquilos.
Y si eso no funcionara siempre podríamos ir a su casa y escupirle la puerta, hacer que nuestros perros usen su entrada como letrina e instar a los camiones de basura a que dejen de recoger la basura de sus casas, para que sus fachadas no estén blancas e impolutas sino que, muy por el contrario, reflejen a la vista de todos una imagen semejante en un todo a la podredumbre que llevan dentro.
Siempre, claro, desde el punto de vista de la imaginación. No quiero que digan después que yo incité a la violencia, porque en ningún momento condono que se les pegue, se destruyan sus bienes, ni nada por el estilo.
Así, con mi imaginación al poder, a los tres jueces del juicio de los crímenes cometidos contra Marita Verón, los visualizo de este modo: pasando una noche entera de retorcijones y diarrea hemorroidal. Desarrollando una conciencia, para que se sientan cada vez peor con lo que han hecho, y no puedan mirarse al espejo tranquilos.
Y si eso no funcionara siempre podríamos ir a su casa y escupirle la puerta, hacer que nuestros perros usen su entrada como letrina e instar a los camiones de basura a que dejen de recoger la basura de sus casas, para que sus fachadas no estén blancas e impolutas sino que, muy por el contrario, reflejen a la vista de todos una imagen semejante en un todo a la podredumbre que llevan dentro.
Siempre, claro, desde el punto de vista de la imaginación. No quiero que digan después que yo incité a la violencia, porque en ningún momento condono que se les pegue, se destruyan sus bienes, ni nada por el estilo.
Intitulado III.
Ríe el pequeño colibrí,
bate sus alas
con un sueño
hecho de azúcar y miel.
Sus ojos se encienden
con la memoria
de sus travesías,
y el olor de la lluvia
sobre la hierba.
Huye, el pequeño colibrí.
pues de repente,
tres sombras deciden
devorar su inocencia.
y sus alas son chicas
y sus recorridos, cortos
y su escape, ineficaz.
Descansa, pequeño colibrí.
Ahora estás
en nuestras manos.
y la ternura de las madres
te arropa.
pero ese soplo de tu vida
tan tuyo y tan frágil
ya no regresará.
sueña, pequeño colibrí.
Sueña que tu recuerdo
traerá justicia.
Ríe, pequeño colibrí.
Porque hoy tu nombre
es lucha y fuego,
y fuerza y esperanza,
y no se apagará
nunca más.
bate sus alas
con un sueño
hecho de azúcar y miel.
Sus ojos se encienden
con la memoria
de sus travesías,
y el olor de la lluvia
sobre la hierba.
Huye, el pequeño colibrí.
pues de repente,
tres sombras deciden
devorar su inocencia.
y sus alas son chicas
y sus recorridos, cortos
y su escape, ineficaz.
Descansa, pequeño colibrí.
Ahora estás
en nuestras manos.
y la ternura de las madres
te arropa.
pero ese soplo de tu vida
tan tuyo y tan frágil
ya no regresará.
sueña, pequeño colibrí.
Sueña que tu recuerdo
traerá justicia.
Ríe, pequeño colibrí.
Porque hoy tu nombre
es lucha y fuego,
y fuerza y esperanza,
y no se apagará
nunca más.
martes, 11 de diciembre de 2012
Mi propia voz
Qué lindo es, después de tanto tiempo en silencio, encontrar mi propia voz, y releerme, y descubrir que si pudiera, sería mi propia amiga, porque disfruto inmensamente de leer mis escritos...
Qué lindo es ser tan inteligente, tan locuaz, tan sagaz y tan ingeniosa. Tienen que admitirlo: soy la mejor lectura, cuando me aparezco por ahí con una novedad en mi blog.
¿No? ¿No es así? Y bueno, no todos tienen mi impecable buen gusto. Quédense tranquilos, ustedes que no me aprecian: los perdono. Y conmigo, aprenden qué es lo bueno.
Qué lindo es ser tan inteligente, tan locuaz, tan sagaz y tan ingeniosa. Tienen que admitirlo: soy la mejor lectura, cuando me aparezco por ahí con una novedad en mi blog.
¿No? ¿No es así? Y bueno, no todos tienen mi impecable buen gusto. Quédense tranquilos, ustedes que no me aprecian: los perdono. Y conmigo, aprenden qué es lo bueno.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Intitulado II
Bailo sobre el claro de luna
con todo mi ser.
descalza, desnuda,
pequeña, rota.
Me estremezco sobre el agua,
y encinto mi alma en el recuerdo
de un fusil
y una herida.
y una sonrisa tímida,
y un niño solo y sediento.
Y me convierto en una hoja seca
que es mecida por el vaivén del viento.
sé que estás.
en algún lado, sin mí y con otros.
me hierve el recuerdo
y y simplemente veo rojo.
desgarro el paladar que te vio nacer,
porque te arraigaste en mis palabras.
te odio y te necesito,
te extraño y me sorprendo
porque estoy sin manos ni pies,
anclada en un reflejo monstruoso,
esclava de tus manos
de muerte y sepulcros
de caricias y sexo.
con todo mi ser.
descalza, desnuda,
pequeña, rota.
Me estremezco sobre el agua,
y encinto mi alma en el recuerdo
de un fusil
y una herida.
y una sonrisa tímida,
y un niño solo y sediento.
Y me convierto en una hoja seca
que es mecida por el vaivén del viento.
sé que estás.
en algún lado, sin mí y con otros.
me hierve el recuerdo
y y simplemente veo rojo.
desgarro el paladar que te vio nacer,
porque te arraigaste en mis palabras.
te odio y te necesito,
te extraño y me sorprendo
porque estoy sin manos ni pies,
anclada en un reflejo monstruoso,
esclava de tus manos
de muerte y sepulcros
de caricias y sexo.
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