Qué lindo es, después de tanto tiempo en silencio, encontrar mi propia voz, y releerme, y descubrir que si pudiera, sería mi propia amiga, porque disfruto inmensamente de leer mis escritos...
Qué lindo es ser tan inteligente, tan locuaz, tan sagaz y tan ingeniosa. Tienen que admitirlo: soy la mejor lectura, cuando me aparezco por ahí con una novedad en mi blog.
¿No? ¿No es así? Y bueno, no todos tienen mi impecable buen gusto. Quédense tranquilos, ustedes que no me aprecian: los perdono. Y conmigo, aprenden qué es lo bueno.
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